- Hola, Sara.
+ Hola.
- ¿Como estas?
+ Bien.
- ¿Que tal, como llevas el desenganche de cocaína?
+ Pues después de todo eso un acumulado de sangre de 100 miligramos de cocaína, pero ya estoy bien. Gracias.
- Oye; en cuanto a lo que paso la otra noche... ¿sabes?
+ ¿La otra noche? Aitor me metieron en la cara en un saco de cocaína, lo siguiente que recuerdo es despertarme en un hospital.
- Así que no te acuerdas de nada, ¿no?
+ De nada, todo en blanco, reseteado, nada, bueno que me tengo que ir ¿vale?
(Aitor la coge del brazo)
- Sara, ¿sabes que creo yo? Que si que te acuerdas, te acuerdas de todo, del beso, de lo que sentías, de todo.
+ Aitor, que no me acuerdo de nada.
- Pero prefieres olvidarlo como si nunca hubiera pasado ¿no? ¿Sabes porque?
+ ¿Porque?
- Porque te da miedo, y te da miedo porque ya no estas tan segura, porque tu mundo perfecto, con un príncipe azul, salvando el mundo a 10000 kilómetros de San Antonio, ya no es tan perfecto. Mira Sara, yo puede que no sea muy listo ¿vale? Pero te conozco y se que algo se a movido hay dentro, y con esto para nada te quiero decir que estés dejando de querer a Lucas, pero puede que estés empezando a quererme a mi también.
Una cosa más, la próxima vez que te vea te voy a besar, sin drogas, sin un franco tirador apuntandonos, sin escusas, te voy a besar Sara, y si quieres pegarme un tiro me lo pegas, pero no podrás decir que no te acuerdas. Por cierto, ¡estas preciosa!
Me mira. Lo miro. Ambos reímos. Es algo común en nosotros. Nos reímos cada segundo. Quizás no reír a carcajadas, pero siempre que nos miramos de reojo, cuando nuestras miradas se cruzan, una sonrisa se asoma de entre sus labios, lo que hace que yo sonría también. Siempre igual. Hablamos, la mitad de veces no decimos más que tonterías, pero siempre acabamos riendo. Cuando permanecemos en silencio, es lo mejor, porque seguimos mirándonos y sonriendo. Y jamás, lo sé, jamás nadie me contagiará una sonrisa tan fácilmente como lo hace él, porque él es diferente, él es único, me hace reír tanto con sus palabras como con su silencio, y eso no es capaz de hacerlo cualquiera. ¿Por qué? Porque no hace falta que diga nada, con una simple mirada lo dice todo.
Enamórate del chico que te llame guapa en lugar de tía buena. El que te llame cuando le colgaste el teléfono y te envíe un mensaje sin motivo alguno, simplemente porque le apetecía. El que se quede despierto para verte dormir, y te bese en la frente con ojos de enamorado. El que te quiera enseñar al mundo cuando estés desarreglada. El que te de la mano por los parques y sea el último en desearte buenas noches con un beso inolvidable, el que te diga todo lo que le importas y cuando te presente a tus amigos diga: es ella.
¿Un juego de idiotas? Tal vez. Pero era nuestro juego.
Esta noche hay fiesta porque estoy contigo. Hoy va a quedar claro que no somos sólo amigos.
Alguna vez te has preguntado,en que se basa la vida.La vida se basa en los sueños,mejor dicho en cumplir los sueños.Una persona,no es persona si no tienes sueños,y sin sueños todo seria diferente.No tendrías ningún motivo por el que levantarte cada mañana,mas que eso no tendrías esperanza,ni rezarías por tener suerte.Toda persona tiene 1 sueño en esta vida,y tras cumplirlo,viene otro.Por que los sueños,son sueños.Y soñar es gratis.A si que sueña y cumple los,por que si no ¿para que vives?
